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Esta semana la Secretaría de Economía dio a conocer el dato preliminar de Inversión Extranjera Directa (IED). Destaca que durante 2022 ingresaron al país recursos por aproximadamente 35,300 millones de dólares, el mayor dato en 7 años; de esta cifra 12,700 millones de dólares (36%) corresponde al sector de manufactura.
La IED es un indicador que mide el flujo de recursos que entra y sale del país, por lo que está estrechamente ligado al fenómeno conocido como nearshoring; sin embargo, existe gran confusión de si es o no un buen indicador de este fenómeno. Para entender esta relación es importante tener clara la definición de IED y analizar sus limitantes.
Definición de IED
La Secretaría de Economía establece que la IED es una “inversión transfronteriza que realiza un residente en el extranjero (inversionista directo) en una empresa mexicana o en activos ubicados en territorio nacional (empresa de inversión directa), con el objetivo de establecer un interés duradero”
La IED se divide en 3 categorías: nuevas inversiones, reinversión de utilidades y cuentas entre compañías. Cabe destacar que no se considera IED a la compra de activos físicos como inmuebles, maquinaria y equipo de transporte.
La IED y el nearshoring
Para que la IED sea considerada nearshoring se “tendría” que cumplir que las transacciones tengan como objetivo trasladar la capacidad productiva de una empresa de un país extranjero a México y, posteriormente, exportar a Estados Unidos. Sin embargo, la información disponible no permite conocer este nivel de detalle.
Algunas razones por las cuales la IED no es un buen indicador de nearshoring son las siguientes: la IED contiene inversiones que no tienen relación con la exportación, por ejemplo, en los sectores de transporte, servicios financieros, medios masivos, entre otros; adicionalmente, existen inversiones en la capacidad productiva de empresas mexicanas que no se ve reflejada en la IED.
Además, la IED es susceptible a experimentar movimientos extraordinarios (atípicos) relacionados con transacciones de compañías multinacionales, por ejemplo, la fusión de Televisa con Univisión y la restructura de Aeroméxico.
Por último, es importante mencionar que la IED es un indicador de rezago, es decir, nos dice el flujo de transacciones de periodos previos. En contraste, un indicador de avanzada que refleja de una mejor forma los flujos de nearshoring es el seguimiento a los anuncios de inversión por parte de las empresas extranjeras que si tengan como objetivo trasladar el proceso productivo a México con el objetivo de exportar a Estados Unidos.
En Datamétrica – Aporta hemos desarrollado una plataforma digital para dar seguimiento a los principales indicadores del tema.
Fuente: Revista Fortuna